Por fin tenemos la prueba de la marcha de ZP. Un presidente del Gobierno al que no le preocupa defender el honor de un deportista como Alberto Contador sabe que sus días en el poder están contados. Que el ciclista español sea inocente o no no depende de la opinión de un político. Lo dirá la justicia deportiva internacional. En la sangre de Contador no sólo se encontró Clembuterol. También se hallaron restos plásticos que permiten lanzar la hipótesis de una posible autotransfusión de sangre. Aquí parece que el único culpable es el solomillo que dice Contador que se comió en el Tour después de comprarlo en Irún. !Cherchez le basque! Siempre hay un vasco al que culpar del 11M o de lo que come un ciclista inocente. Que la Federación Española de Ciclismo no le sancione no es más que la obediencia al poder político de Hpania. Ahora le toca al Tour de Francia y al Giro de Italia decidir si quieren que Alberto Contador dispute esas pruebas. En cualquier caso, las declaraciones de Zapatero en apoyo de su ciclista favorito nos demuestran que en el futuro le dará igual que tenga que desdecirse de sus palabras. Cuando hablen la justicia deportiva internacional, el Tour y el Giro, ZP puede que esté ya dedicándose a cultivar bonsais con Felipe González, analizando las ofertas de las grandes empresas de la energía que se pegarán por tenerle sentado en sus Consejos de Administración. Rubalcaba es la esperanza socialista, pero su partido no quiere quemarle. Bastante le está tratando de chamuscar el PP con el caso Faisán. Mientras, Camps demuestra que tiene cogido a Rajoy de los perendengues. Apuesto a que entre los meses de junio y noviembre, después del palo que recibirá el PSOE en las elecciones de mayo, Rubalcaba será coronado candidato a presidente de un país llamado Hpania.
